A veces, cuando eres joven, te gusta soñar en cosas inalcanzables. Ya se sabe, son sueños, léase nada, y nada, como dicen Gabriel y el Loco, solo es nada, pero es gratis. Algunos de esos te los anotas y si son dignos de ello, te quedan grabados en la cabeza para siempre. Uno se siente feliz aferrándose a la idea de materializarlo algún día. Mayormente son tonterías. Otras veces es un deseo de lo material y terrenal. Todos sienten la necesidad de alcanzarlos.
Yo, de entre tantos, tuve uno, uno de esos, de los que se graban en la cabeza...
"La Boite". La palabra francesa no tiene mayor significado que "sala de fiestas". El proximo 10 de Octubre estaremos allí, rebautizada como Zac Club (Zacarías). Si me pellizcan no lo sentiré. Para mí y muchos la sala por excelencia. Tiene algo. Durante el directo puedes respirar el aliento del cantante ó que te deje sordo un saxofonista. No hay grandes espacios. Sólo grandes los presentes allí.
El sitio en cuestión está bajo tierra, la entrada surge del suelo rodeada de edificios, muy cerca de la Plaza Francesc Macià. El escenario está opuesto a la entrada, una especie de tarima con forma de luna mordisqueada flanquedada por unas columnas acristaladas forman el escenario, unas larguísimas barras donde apoyar tanto los brazos como el pié reconfortan al asistente.
Recuerdo que los grandes que he visto, fueron allí.
